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miércoles, 19 de septiembre de 2012

COMO AHORRAR EN LA COMIDA







Como me da la sensación de que la economía de todos nosotros no tiene pinta de arreglarse, al contrario, parece que la economía global de España, de Europa y tal vez de mucho mas allá, está al borde del abismo, voy a seguir este apartado de como ahorrar con algunos trucos e ideas para recortar gastos, hoy en comida, sin tener que pasar hambre y comiendo lo mejor posible.
El mejor de todos los trucos, de hecho es el que mejor se adapta a todo, es el sentido común.
Deberíamos reconocer que hemos pasado unos años de mucha abundancia. Han sido unos años en que nos podíamos permitir casi todos los caprichos que se nos antojaban. Y no solo en comida...
Hagamos memoria. ¿Había algo que tuviéramos absolutamente prohibido? Y me refiero a poder disfrutarlo o adquirirlo en un momento u otro. ¿Un coche? ¡Y hasta dos! Y muchas veces bien grandes, todoterrenos, con todos los extras... ¿La vivienda? Otro tanto de lo mismo. ¿Para qué vivir en un piso si por un poco más podíamos vivir en una casa? Y equipada de arriba a bajo con todo lo necesario( y no tan necesario), buenos muebles, buenos equipos de televisión, música, ordenadores... ¿Quién no fue de vacaciones a destinos exóticos? O tal vez no tan exóticos, pero quien más quien menos se permitió algún viajecito o salida que nunca había podido hacer... Y por no hablar de salidas de fin de semana, noches de restaurante, salidas dominicales de todo un día pero que no faltaba el restaurante, la buena comida y las copas...
Y eso por no hablar también de la comida del día a día. Pescado, de lo bueno lo mejor. Carne, otro tanto de lo mismo. Dulces, caprichos y muchas cosas más.
Pues de eso precisamente vamos a hablar hoy, de como ahorrar en la comida del día a día, que es donde también podemos recortar un poco si nos esforzamos y le aplicamos un poquitín de sentido común.
Evidentemente no podemos dejar de comprar comida, pero debemos aprender a hacerlo sin que se nos quede medio sueldo en la tienda y sin renunciar para nada a platos riquísimos. Aunque sí, deberemos cambiar algunos de nuestros hábitos o costumbres.
Por ejemplo: Vamos a comprar la carne. ¿Supermercado o carnicería? Carnicería, por descontado. Tal vez me diréis que ahí la carne es más cara, pero... Realmente no es así.



Los supermercados suelen vender la carne en bandejas ya preparadas, con lo cual no podemos elegir lo que queremos ni como lo queremos cortado. Además, es una norma muy común que, en todas las bandejas, algún trozo de carne(generalmente muy bien oculto en el fondo, debajo de los demás), esté mal cortado, sea una punta o ni siquiera pertenezca a esa pieza de carne, con lo que estamos pagando algo de calidad inferior a un precio más elevado. Tampoco sabemos a ciencia cierta de qué día está cortada esa carne. Yo no me fío demasiado de las fechas de envasado ni de la caducidad. He tratado con carne y conozco muchos trucos para que una pieza de carne parezca recién traída del matadero,cuando en realidad tiene ya más de una semana, por no hablar de unos determinados colorantes que hacen milagros... Debo advertir que ninguno de esos aditivos son perjudiciales para la salud humana, pero lo malo es que las carnes tratadas con ellos, no tienen la frescura que supuestamente intentan vendernos.
De quién sí me fío es del carnicero. Tanto del mercado como de la clásica carnicería de toda la vida. ¿Porqué? Pues porque él lo que quiere es que vuelvas a comprarle, y sabe que si un día te engaña no volverás. Además, el te aconsejará qué pieza coger, como cortarla, incluso a veces como cocinarla. Y otra ventaja es que tú puedes coger la cantidad que necesites, sin tener que cargar con una bandeja llena de carne por un simple filete... O un kilo de costillas de cerdo por un par de trocitos que vas a ponerle al arroz...
Y otra cosa. Además de la ternera y el cordero, que son carnes bastante caras, existen el pollo y el cerdo, que bien cocinadas son buenísimas y no tan caras. Y si mucho me apuráis, tampoco hay que renunciar para siempre al cordero o la ternera, lo que debemos hacer es aprender a cocinar piezas más baratas que el filete. Una caldereta de cordero está riquísima, y yo la hago con el cuello del cordero, que está bastante bien de precio. Hay carnes de ternera para guisar que están buenísimas, solo hay que aprender a cocinarlas.
Otro truqui es que, sobretodo a la hora de comprar pollo, lo compréis entero. Tranquilos, que por el mismo precio el carnicero lo trocea a vuestro gusto. De esta forma sale mucho más barato, y el pollo se puede aprovechar para muchas cosas.



Las pechugas para filetes. Los muslos y contra-muslos para un buen rustido, el hígado y las alas para arroz, y los menudos y huesos de las pechugas para caldo. También se puede deshuesar entero o solo los muslos), rellenar y rustir atado, se puede empanar, hacer a la brasa, adobado...
Otra cosa que suelo hacer yo es jugar con las ofertas, en el sentido de que, cuando algo va barato, se compra un poco más, se empaqueta en la medida que necesitemos y se congela.
Y también debemos tener en cuenta que, el cuerpo humano no necesita comer tanta carne como solemos comer. Podemos rebajar las cantidades de carne si nos acostumbramos a los tradicionales guisos y pucheros. Y de paso podemos utilizar carnes mucho más baratas. Y más legumbres y verduras, que también se necesitan...

Lo mismo sucede con el pescado. No solo el besugo, el rape o la merluza son pescados. Están las riquísimas sardinas, los filetes de peces como la perca, la rosada... Y, ¿Porqué no nos lanzamos y nos atrevemos con otros peces? Los hay de bien baratos, grandes y con muy buen aspecto... Lo que pasa es que muchas veces no nos atrevemos, o no sabemos ni qué hacer con ellos. De nuevo el papel de la pescatera puede ser fundamental. Generalmente saben como guisarlos y muy gustosamente te darán alguna idea.




En cuanto al marisco... Sí, está riquísimo, pero se puede vivir perfectamente sin él. No aporta nada imprescindible a nuestro organismo. Y tal y como están las cosas lo dejaremos para alguno de estos casos muy, muy, muy especiales.

La idea es que aprendamos a utilizar carnes y pescados mucho más asequibles, lo que no significa que sean de peor calidad. La carne siempre es carne, y el pescado siempre es pescado. Lo único es que debemos aprender a conocer otras variedades más económicas y a cocinarlas. El resultado es  espectacular, ya lo veréis.
Hay que volver a aquellos pucheros con garbanzos, judías o lentejas, con patata y alguna verdura más, un cachito de chorizo y tal vez un hueso... Riquísimo y más económico que un plato de filetes a la plancha. Las calderetas, los estofados, los cocidos...
Y cuando queramos hacer barbacoa, pensad que, a parte de las costillas del cordero, está el cuello, el pecho, la cabeza, los riñones... Del cerdo las costillas, la panceta... El pollo a la brasa está buenísimo, el chorizo, las morcillas, butifarras... ¡Pero no os emocionéis! ¡No vayáis a comprar un trozo de cada tipo de carne para cada comensal! No me seáis exagerados a la hora de calcular las cantidades.





Yo os aconsejo variedad pero poca cantidad. Una vez cocidas las carnes, se trocean pequeñas y así todos comen un poco de todo. ¡Ah! Y otra cosa. Pensad que las patatas, los pimientos, las alcachofas y otras muchas verduras, también se pueden hacer a la brasa, están de muerte, y sirven para acompañar y llenar el plato de algo más que carne.

Hay soluciones para todo. Solo se trata de ponerle ganas y un poco de imaginación. Y por supuesto, de sentido común.
El próximo día os daré algunas ideas para los que tengáis hijos. Yo he sacado adelante cuatro hijos, y os aseguro que no fue nada fácil. Pero me proporcionó un montón de ingenio y de ideas de todo tipo que me sirvieron para salir adelante de muchos atolladeros.
Sólo espero poder ayudaros un poco con la aportación de unas ideas sacadas del día a día, del ingenio y de una visión siempre positiva y constructiva de los peores momentos.
También podemos hablar de todo aquello que a vosotros os apetezca. Solo tenéis que comentarlo, y entre todos podemos ayudarnos a superar esos malos momentos.
Un saludo a todos.







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