Ardieron 350 hectáreas de terreno forestal del Massís de Les Gavarres, afectando a los municipios de Vall-llobrega, Palamós y Calonge.
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| La gran columna de humo, visible desde lugares muy distantes. |
Por desgracia, cada año se producen incendios forestales, algunos de extensión y proporciones mucho más grandes que la de éste. Arden bosques, viviendas e incluso se pierden vidas humanas.
Yo no había vivido nunca un incendio tan de cerca ni con el impacto emocional que me causó éste. ¿El motivo? Que la zona que arrasó el fuego era muy conocida por mí y un entorno particularmente querido, protegido y emblemático para muchísima gente: Bell-lloc, que literalmente significa bello lugar.
El Santuari de la Mare de Deu de Bell-lloc, el Castell de Vila-romà, la riera con sus fuentes y sus hermosos rincones, el Montagut, el Puigcargol... todo ello arrasado, totalmente o en parte, por el fuego.
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| El Santuari de la Mare de Deu de Bell-lloc, rodeado de bosques quemados. |
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| El castillo de Vila-romà, asolado y muy deteriorado por el fuego. |
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| Arrasado también el trabajo y el esfuerzo por señalizar e informar a los visitantes. |
Esta tarde he dedicado unas horas a ver por mí misma los efectos del fuego. En algunos puntos se me hacía muy difícil reconocer aquellos senderos por los que, hace apenas unas semanas, pasé y disfruté de su belleza.
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| Senderos muy difíciles de reconocer, antaño de gran belleza. |
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| Santuari de la Mare de Deu de Bell-lloc |
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| Castell de Vila-romà, rodeado de exuberante vegetación. |
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| Senderos de gran belleza, ahora irreconocibles. |
Ahora todos nos preguntamos si se podría haber evitado.
Posiblemente sí. Pero un cúmulo de circunstancias hace que todo el Massís de les Gavarres sea un polvorín en potencia, a la espera que otra desdichada casualidad avive un nuevo incendio.
Los bosques no se limpian como antaño, cuando se sacaba la leña para los hornos o para hacer carbón. Han perdido su valor económico y el sotobosque crece descontroladamente.
Tras la nevada de marzo de 2010, grandes cantidades de masa forestal quedaron en el suelo, secándose y convirtiéndose en material altamente inflamable.
Los descuidos humanos, que toda precaución no es suficiente para evitar riesgos.
Y la climatología, que en ocasiones, como en este fatídico día, nos regala días de calor inusitado, humedad muy baja y fuerte viento.
Si lo juntamos todo, tenemos muchas posibilidades de que ocurran estos desastres.
¿Qué podemos hacer?
Lo más importante: extremar las precauciones.
Si hay que quemar rastrojos, matojos o lo que sea, asegurarse muy bien de que el fuego queda completamente extinguido.
No dejar nada, absolutamente nada de basura en el bosque cuando salimos a pasear por estas zonas.
Muchísimo cuidado con los cigarrillos. Nada de tirar la colilla sin asegurarse de que está completamente apagada. Y si se puede evitar encender un cigarro, mucho mejor.
Y por parte de quien corresponda, poner los medios necesarios para mantener los bosques limpios. Es caro, sí. Muy caro. Pero más caras son las pérdidas que ocasiona el fuego.
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| Esta fila de agujeros es todo lo que quedó de las estacas que impedían el paso a los vehículos a motor. |
Algunos comentan que este año, ante el impacto visual que representa la zona arrasada por el fuego, se tendrán que cambiar las rutas de las marchas populares, de los paseos a caballo y se tendrá que conducir a los turistas a otros lugares no afectados por el fuego.
Pero creo que no debería ser así. No es malo que la gente vea los efectos que un descuido puede acarrear.
Entre todos debemos luchar para evitar que estas situaciones se repitan.
Pero ahora el mal ya está hecho, y no queda más que esperar a que la Naturaleza haga resurgir la vida de entre el montón de cenizas en que se ha convertido el bosque.
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| Pero la Naturaleza impone su fuerza de regeneración y no tardará en resurgir la vida. |
